La espiritualidad me salvó la vida.
- Natalie Matushenko
- 3 jul 2018
- 2 Min. de lectura

Hoy voy a hablar sobre espiritualidad...
Para ser clara, no estoy hablando de religión aquí... Respeto todas las religiones, el no ser religioso y la espiritualidad de cosecha propia como la mía, lo que sea que creas o no creas está perfectamente bien para mí. Mis creencias espirituales me salvaron cuando todo lo que podía hacer era permanecer en la oscuridad, deprimida y ver cómo ardía una vela. Me dieron sustento en los momentos de mayor miedo. Y me dieron la inspiración y la fe para continuar, para sanar los traumas de mi niñez y para crear la vida de mis sueños.

Lo sorprendente es que fui criada en una familia atea, en una cultura atea (yo nací y viví los primeros 8 años de mi vida en la antigua Unión Soviética). Uno de mis primeros recuerdos fue aprender el lema marxista de que "la religión es el opio del pueblo" y mi padre diciendo cosas como: "¿Alguien realmente cree que hay un hombre en las nubes dirigiéndolo todo?"
Cuando era niña, me aterrorizaban las iglesias y las sinagogas.
Y sin embargo, cuando a los 10 años, estaba terriblemente asustada, porque mis padres anunciaron por primera vez que se iban a divorciar, me encontré agazapada en la oscuridad rezando para que permanecieran juntos.
No tengo idea de dónde tuve la idea de orar o por qué encontré consuelo en ello, pero era todo lo que tenía para aferrarme, así que recé. ¡Y mis padres se quedaron juntos!. Empecé a creer en un poder más grande que yo, para ayudarme a superar los tiempos difíciles. Y comencé a orar regularmente.
En los años siguientes, mi fe ha crecido a pasos agigantados. Creo en una fuerza de energía amorosa (lo llamo el "Universo") que siempre está ahí para nuestro mayor bien (incluso cuando los regalos vienen en una envoltura horrorosa) y que accedemos a nuestra conexión con esta fuerza a través de nuestra intuición y escuchando esa pequeña y aquietada voz dentro de nosotros mismos.

He recorrido un largo camino desde mi infancia soviética.
He experimentado el poder de la oración, el poder de rendir mi voluntad a una Gran Voluntad y el poder de pedir orientación y tener la respuesta casi de inmediato.
Me he permitido ser consolada por esta energía en tiempos de gran pérdida y dolor. He aprendido a prestar atención a mi intuición y a escuchar mi corazón, ya que me guía hacia mi más profunda verdad, sobre quién soy y qué quiere experimentar mi alma en esta vida.
Mi relación con el Universo se ha convertido en la relación principal, la más importante en mi vida. Mientras sea sólida, me siento centrada y conectada a la tierra y todas mis otras relaciones (y toda la vida) fluyen maravillosamente.
¿Qué pasa contigo? ¿De qué manera tus creencias espirituales te apoyaron y te sostuvieron? ¡Me encantaría saber de ti!
En amor y luz,
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